Articular el arte visual, la literatura y la ecología
En 2018, Verónica Gerber Bicecci, artista y escritora, o mejor, “artista visual que escribe”, como ella prefiere llamarse, presentó La máquina distópica, un oráculo web de 220 x 124 cm que trabajó en colaboración con Canek Zapata y Carlos Bergen. Mediante este dispositivo artístico que arroja augurios virtuales en formato “.png”, la artista establece un vínculo entre las dimensiones artístico-visual, literario-textual y ecológica para descubrir el futuro inquietante y catastrófico del impacto de la contaminación.
La génesis de esta propuesta artística de Gerber Bicecci se encuentra en un viaje a Zacatecas con motivo de su participación en la Bienal FEMSA 2018. Entonces, por una inquietud de trabajar con la problemática de la contaminación en el agua, se propuso llevar a cabo una investigación en la zona. Durante sus viajes de campo recogió muestras de la laguna cercana a la mina “El Bote”, con un color tan bello que hacía difícil pensar en sus niveles de contaminación. La máquina, pues, germina a partir de un paisaje zacatecano lleno de capas y sedimentos que se ubican unos encima de otros, tal como replica el cruce y distribución de las figuras geométricas del oráculo web.
En su búsqueda por comprender cómo se conectaban o filtraban los elementos tóxicos resultantes de la extracción de las minas con el agua de la laguna, Gerber pasó las muestras por el microscopio. En ellas, descubrió el vacío, la nada aterradora de la contaminación, cada muestra, dice, era el “desierto en el agua”, donde había metales pesados apenas reconocibles. Estas imágenes distópicas de la desolación forman parte de La máquina distópica, tras pasarlas por un proceso de posterización, es decir, de reducir los tonos de la imagen para restarle complejidad en términos de color.
La obra de Gerber Bicecci se caracteriza por establecer un diálogo continuo con otras obras plásticas y literarias. Dos casos son muy claros. Primero, su incursión en el verso con el libro Otro día… (poemas sintéticos) (2019), donde reescribe los haikus del poeta mexicano José Juan Tablada. Los versos comparten con el poeta la inspiración en la naturaleza, pero Gerber crea pasajes de la catástrofe ambiental, los cuales acompaña, como en el libro publicado hace un siglo, de imágenes, en este caso, fotografías −intervenidas con acetona− contenidas en el Disco de Oro de las sondas Voyager, lanzado al espacio por la NASA en 1977. Segundo, en La Compañía (2019), Verónica Gerber reescribe el cuento “El huésped”, de la autora zacatecana Amparo Dávila, y da nombre a una amenaza terrible, una Compañía que está por destruir la comunidad de Nuevo Mercurio por medio de la extracción, contaminación e impunidad.
En La máquina distópica, en buena medida punto de partida de La Compañía, la artista nuevamente conjuga los poderes de la imagen y la palabra, con base en la reescritura, con programación generativa, de las reglas de La máquina estética, del artista Manuel Felguérez, la primera pieza digital mexicana, y de la también reescritura de la producción poética de Amparo Dávila.
El oráculo web La máquina distópica está disponible en http://www.lamaquinadistopica.xyz y compone sus augurios con base en tres indicadores:
El primero es un indicador temporal, el cual permite visualizar un punto temporal futurista en un lapso del año 2018 al 2699. Este indicador también muestra entre 4 y 16 composiciones geométricas, cuyo número aumenta y su configuración se complejiza según avanza hacia el futuro.
El segundo de los indicadores es el de contaminación, o bien, elemento vital mutante. Este tiene un rango del 0 al 100% y elige entre una serie de fotografías microscópicas de H2O contaminada con metales pesados a causa de los trabajos en la mina “El bote”, Zacatecas, México. A medida que el índice de contaminación aumenta, mudan los colores de la imagen y parecen, precisamente, ‘contaminarse’, pues muestran imágenes del lago vistas a través del microscopio.
Por último, el tercer indicador consiste en la sustitución del trabajo humano, llevada a cabo por ‘cuerpos robóticos’. Con el control 0, 1x, 2x, 3x puede determinarse la cantidad de sustantivos a sustituir. La base de este indicador son los versos de Amparo Dávila y las sustituciones se rigen por un vocabulario empresarial, laboral o ambiental. En caso de elegir 0 en el indicador de trabajo humano, se presentan los versos textuales de Dávila. Todos estos reemplazos funcionan al azar a través de un bot textual.
A continuación, se presentan algunos de los augurios de La máquina distópica de acuerdo con distintos indicadores:
En su página de Facebook, la Casa de Lago de la UNAM comparte un breve video del funcionamiento del oráculo distópico de Gerber Bicecci:
Para consulta:
https://www.revistadossier.cl/un-diagrama-que-se-borra-y-se-reescribe/
https://www.redalyc.org/jatsRepo/5315/531561029010/html/index.html