La carrera global por el agua se acelera
Aunque no en abundancia, el recurso más valioso en el planeta continuará como la principal fuente de supervivencia para las futuras generaciones, así como para las especies y los ecosistemas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció, en 2010, el derecho humano al agua potable y al saneamiento. A pesar de ello, en la actualidad “2.200 millones de personas no tienen garantizado el acceso al agua potable”. Por lo tanto, al tratarse de un derecho fundamental, el agua tendría que ser un bien de seguridad mundial, un recurso asequible para todos los seres humanos y animales.
No obstante, una problemática nos ha golpeado: el desabasto y escasez de agua suceden con mayor frecuencia en muchas zonas metropolitanas del mundo. Los errores en la gestión, desperdicio y saneamiento de agua; la sobreexplotación de las corporaciones para la producción industrial y agrícola; la embestida por el cambio climático, entre otros, ya han generado estrés en el sistema, huella hídrica y sequías, con consecuencias graves para los ecosistemas naturales y urbanos.
La primera gran ciudad en experimentar el día cero, o el desabasto total de agua, fue Ciudad del Cabo, Sudáfrica. En el año 2018, la presa Threewatersklof alcanzó una cifra descendiente de capacidad cercana al 12% de almacenamiento, una de las peores olas de sequía que ha experimentado la nación africana.
Presa threewaterskolf 2018 ciudad del cabo sudáfrica
Como una de las medidas para remediar la situación, el gobierno de este país decretó reducir el uso de agua, de 100 a 50 litros por persona, e implementó un modelo homogéneo con dispositivos electrónicos de lectura, para administrar remotamente las cantidades reales de litros de agua que consumía la población. Quiénes no acataron la norma, comenzaron a recibir multas y sanciones elevadas. Este sistema se ha perfeccionado en la actualidad, aunque también las medidas generaron un retroceso en términos del derecho humano al agua.

También la ciudad de Chennai, India, experimentó el día cero en el año 2019. Diez millones de habitantes sufrieron el desabasto total de agua por cinco días, lo cual ocasionó severos impactos.
En nuestro país, ciudad de México sufre el panorama más crítico. El estrés hídrico se suma al agotamiento del nivel freático. Además, se prevé que el sistema Cutzamala operará en un 40% de su capacidad.

La zona metropolitana de Guadalajara ha comenzado de manera indefinida, una escala de tandeos y distribución de pipas para proveer el agua en 160 colonias, después de semanas de una intensa ola de calor y sequía. Este panorama también se derivó del crecimiento inmobiliario e industrial, sobreexplotación de acuíferos, concesiones y tomas clandestinas en la última década. El estrés hídrico de la perla tapatía, no es un tema resiente.
En nuestro escenario local, los métodos de tandeos comenzaron hace unos años. Ahora, el ayuntamiento elabora el programa captación de agua en puntos estratégicos de la ciudad, aunque existen muchos ángulos aún no abordados, ni contemplados, en una región que presenta más ventajas que desventajas.

No existe actividad social o económica donde el hombre no incluya el agua en su modelo de vida, ya sea para las actividades cotidianas o la producción.
Por esa razón, nuestros retos a futuro deberían contemplarse inicialmente en dos pilares fundamentales:
- Una política de pensamiento que valorice el uso del agua reduzca el consumo y le dé un uso eficiente.
- Mejorar, con tecnología e innovación, los modelos de gestión del agua: acceso, disponibilidad y saneamiento.