En su momento, Carl Jung, uno de los más brillantes psicoanalistas de todos los tiempos, habló sobre qué sucedería en la sociedad si ésta cayera en una esquizofrenia colectiva. Precisamente ahora, corren tiempos que recuerdan los planteamientos pasados de Jung.
Existen innegables focos que demuestran todo un fenómeno ocurriendo de manera gradual, controlado bajo una tela de ingenierización social.
Nuestras sociedades han caído en un estado de desánimo y mentalmente enfermas.
Muchos factores son clave para encontrar respuestas. No obstante, los gobiernos del mundo occidental, empecinados en sus campañas de influencia política y desestabilización regional, mediante sus propias narrativas en la stream media e introducción de ONGs a gran escala, no han virado su atención a los problemas fundamentales de la salud mental en la sociedad digitalizada, amenazando además la estabilidad económica pues sin prevención del problema, este crecerá en los próximos años.
También obligará al mundo a dedicar todos los esfuerzos en sanarlas, parecido a las campañas contra el Covid-19.
Ignorando el problema
Un análisis preciso la condición de salud óptima en un ser humano es la que está directamente ligada a los aspectos físicos: ausencia de males y/o enfermedades en el sistema nervioso, respiratorio, digestivo, órganos y estructura ósea, etc.
Ciertamente, se tiende a pensar que el inicio de nuestras enfermedades comienza por los malos hábitos alimenticios: ingesta de productos industrializados, déficit de proteínas o ausencia de minerales o vitaminas, sumado al sedentarismo y estrés.
Además, la mala administración de nuestros horarios y rutinas agudizan la carga de estrés, la falta de descanso y la presión socioeconómica, como factores clave que contribuyen al deterioro de la salud.
Se pierden de vista múltiples ángulos como la capacidad de poder adquisitivo, fundamental para la correcta inversión de la salud propia. Ligado directamente al entorno geográfico de oportunidades, prosperidad y adecuados sistemas de salud.
La exclusión social y la desigualdad económica, se combinan con vacíos de información y ausencia de campañas relacionadas a fomentar la alimentación saludable, permitiendo generar la comprensión de una cultura dirigida al cuidado de la salud.
Asimismo, las ciencias de la complejidad abordan desde la otra perspectiva, los problemas y síntomas de un mundo digitalizado, generados por la ingesta de volúmenes de información.
“La salud mental se da por hecho óptima si la salud física también lo está. Aceptado tal hecho por la sociedad actual, se permite excluir problemas de una fuente abundante e inagotable: la exposición a grandes volúmenes de información, consecuencias por el uso de las redes sociales y contenidos multimedia”.
El académico, investigador y profesor de psicología clínica de la Universidad de Gent, Mattias Desmet, ha planteado sobre la palestra, las cuatro circunstancias potenciales necesarias que detonan el fenómeno Mass Formation Psychosis; como caso de estudio urgente para entender los comportamientos sociales de la actualidad.
Las cuatro pre-condiciones se clasifican en:
- Desunión y ruptura social
- Falta de propósito y sentido de existencia
- Miedo y ansiedad latente
- Agresividad sin motivos aparentes
Una sociedad incapaz de lidiar con las propias fuerzas del psique, de la exposición constante al ruido mediático y fenómenos socioeconómicos, se convertiría en una sociedad sin anticuerpos y por ende, en una sociedad enferma y violenta.
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