Cuando niños

Cuando niños, mi hermano fue mi gran compañero, a veces querido, a veces no tanto, pero siempre ahí.

Casi en todas las fotos de nuestra infancia él aparece abrazándome. Yo en ese entonces pensaba que lo hacía para molestarme, en eso sí que era experto. Hoy me da risa pensar en ¡cómo sobreviví a tanta energía desbordada que traía el chamaco!

Seguramente, quien se aventure en la presente lectura ya le habrá venido a la mente ese niño ejemplo de energía desbordante. Pienso que todas sus travesuras y gritos eran solo gestos de un niño que siempre necesitó y ha necesitado mucho amor. Como todos, como todas.



Cuando chiquillos, buscábamos cómo matar el tiempo, pasar el día sin aburrirnos. A veces buscábamos a nuestros primos, los Cruces, por su apellido paterno. Ellos vivían a tres casas de distancia de nosotros, pero la verdad es que siempre fueron un poco difíciles.

Sus padres gozaban de una buena estabilidad económica, ellos siempre presumían de comprar papel de baño cha cha cha… charmin, con fragancia a rosas y un tono melón con finos gariboleados, un papel de baño grueso y resistente. También compraban servilletas de diferentes colores según la ocasión del año, en navidad eran doradas, en septiembre eran verdes, blancas y rojas. En abril amarillas y rosas por la primavera y así todo el año.

Nosotros en cambio íbamos a las tiendas del ISSSTE, donde la disminución de colores y adornos en los productos, también disminuía su costo. Ahí cobrábamos los vales de despensa de mi mamá, mientras mi papá nos hacía practicar matemáticas: ¿Cuál es más barata? El paquete que cuesta 20 y trae 100 servilletas o el que cuesta 22.50 y trae 150 servilletas.

Servilletas y muchas otras cosas fueron las que mis primos, nos recordaban constantemente que no podíamos comprar, incluso tratándose de comida, mientras nosotros comíamos una clásica torta de milanesa hecha por mi papá, ellos comían Domino´s pizza, pedida a domicilio, y aunque babeábamos por su pizza nunca nos ofrecieron un pedazo, al contrario, cerraban la caja para queno se les enfriara.

A nosotros nunca nos faltó nada, solo que en apariencia no era tan espectacular como lo de ellos. Cuando íbamos a buscar a mis primos a su casa varias veces rechazaban nuestra invitación a jugar, pero nunca nos dábamos por vencidos, siempre volvíamos con una nueva idea. Recuerdo un día que no tuvimos clases en el kínder, todos íbamos en el Amado Nervo, así que pensamos que sería buena idea jugar a la peluquería.

El peluquero sería mi hermano, intrépido, sin límites, arriesgado. Yo la clienta número uno y mi prima la clienta número dos.

Peluquero: ¿Cómo va a querer su corte?

Clienta 1: Rapado del lado donde escribo y despunte del otro por favor.

Peluquero: ¿Y usted?

Clienta 2: (Responde temerosa) Solo poquito en el fleco.

El peluquero empezó a cortar con toda seguridad en sus manos, yo solo veía pelo y más pelo alrededor de mis pies. Después pasó con mi prima a ella le cortó con más tiento porque ella tenía miedo de que sus papás se dieran cuenta y la regañaran, mi hermano y yo nunca pensamos en eso.

Terminó y yo salí corriendo a enseñarle a mi abuelita, quien vive en la casa intermedia entre mis primos y nosotros. Desde las escaleras grité con entusiasmo: ¿Te gusta mi corte?

Solo vi cómo se talló la cara y hacía negaciones con la cabeza. ¡Tu mamá los va a regañar! Bájense ya. Fuimos abajo y lo siguiente ya no lo recuerdo tanto, al parecer a mi prima si la cacharon y la regañaron fuerte, mi hermano y yo pensábamos: ¡ay que exagerados sus papás! si solo le cortaste bien poquito.

Cuando llegaron mis padres, mi mamá dijo que la mejor opción era raparme, estaban tan enojados que se olvidaron de tomarme una foto del recuerdo, me hubiera encantado tenerla, pues recuerdo que el corte que pedí fue inspiración de una cantante de rock que vimos en alguna feria de libro.

Ahora que recuerdo estas anécdotas desde la lejanía, desde la incertidumbre económica, desde la toma del riesgo para dirigir mi vida, pienso que mis papás hicieron un gran trabajo, nos regalaron su tiempo para llevarnos a ferias de libro, a conciertos, hacer el super juntos. Nos dieron su esmero en tortas de milanesa, agua de limón y un sinfín de muestras de cariño. Nos nutrieron de alimento verdadero, no nos quedamos con el vacío que genera el glutamato monosódico que se veía delicioso en aquella pizza Domino´s.

Al pensar en mis contemporáneos, aquella generación de los años 90a, como mi hermano, mis primos, no solo los Cruces, sino también las Pérez (con quienes nos llevábamos mejor, pero vivían mas lejos), pienso en la inocencia de cuando se es niño, el ímpetu por jugar y por tener un cómplice de travesuras y juegos. Buscábamos sin saberlo generar comunidad con el otro, no había tanto espacio para la individualidad como ahora con los celulares, donde cada quien “decide” qué quiere ver. Todos y todas necesitábamos amor, cuidado y atención, aún lo necesitamos.

Georgina Escobarhttps://www.youtube.com/@LamularojaTeatro
Actriz integrante del grupo teatral independiente La Mula Roja

Get in Touch

Related Articles

Nacho Pata y su bajo chairo

Este domingo 16 de marzo tendremos la visita de Nacho Pata, integrante del grupo Los patita de Perro, quienes desde hace 30...

La violación inherente a la condición femenina

Serpientes y escaleras. Autora: Mercedes Boullosa.

Fragmentos IV

Continuando con el deseo de mostrar algunas escenas, esta ocasión les comparto un fragmento de Mi monstruo. Una obra que cuenta la...

Get in Touch

22,044FansLike
2,387FollowersFollow
22,300SubscribersSubscribe

Latest Posts

Nacho Pata y su bajo chairo

Este domingo 16 de marzo tendremos la visita de Nacho Pata, integrante del grupo Los patita de Perro, quienes desde hace 30...

La violación inherente a la condición femenina

Serpientes y escaleras. Autora: Mercedes Boullosa.

Fragmentos IV

Continuando con el deseo de mostrar algunas escenas, esta ocasión les comparto un fragmento de Mi monstruo. Una obra que cuenta la...

¡Todos al teatro!

Las compañías de artes escénicas La Mula Roja y Teatro de la Catástrofe hacen mancuerna para invitarles al teatro, esta vez para...

Ama tu R!tmo

El pasado fin de semana (sábado 25 de enero) se llevó a cabo en el centro de Xalapa Veracruz, la función especial...