Continuando con el deseo de mostrar algunas escenas, esta ocasión les comparto un fragmento de Mi monstruo. Una obra que cuenta la historia de Almendra, una niña disciplinada, inteligente y estudiosa que no encuentra la forma de encajar con sus compañeros y siente una confusión entre la necesidad de cumplir con lo que los demás desean de ella versus el cumplimiento de sus propios deseos.
¿Te ha pasado tener pensamientos intrusivos que te lleven a cambiar tu forma de ser o pensar para poder encajar? ¿Alguien ha depositado en ti expectativas que no te interesa cumplir? He aquí la IV entrega de Fragmentos.
3. Viernes de entrenamiento fiesta.
Suena el timbre escolar, final de clases. Todo el mundo guarda sus cosas apresurados y contentos, las niñas del salón empiezan a cuchichear.
Susy: ¡Almendra! ¿Vas a la fiesta de Pablo?
Almendra: No puedo, tengo entrenamiento.
Susy: (Extrañada) ¿Entrenamiento? ¿Para qué?
Almendra: ¿Cómo que para qué? Para el torneo, este fin vienen otras escuelas se ve que va a estar rudo, tengo que mantenerme bien enfocad…
Susy: (interrumpe) Que rara, ¿Eso te hace feliz?
Almendra: (sonriente)… Si, un montón, me encanta sentir el aire, la fuerza de mi cuerpo, como se eleva la energía y al final siempre termino toda roja y sudando a gotas, aunque puede sonar asqueroso es muy emocionante, es como sentir que hice todo lo que podía con el mayor esfuerzo, pero saber que todavía puedo hacer más y por eso quiero regresar al otro día y al otro y al otro y al otro…
Susy: (La mira con extrañeza y tratando de persuadirla) Y no te preocupa… Estar en la SECUNDARIA y no tener novio… Mi mamá dice que ya estamos en edad… ¿no te sientes mal por eso? no pareces esforzarte mucho. Yo sí le hecho ganas, me levanto a las 5am para bañarme, esperar a que se seque mi cabello, rizarlo con tenaza para evitar el friz, darle forma con mus y crema para peinar, hacer scronch varias veces hasta que queden los rizos perfectos… (Susy examina el aspecto de Almendra, la rodea pensando en qué hacer con su cabello y mira su uniforme, lo huele y piensa en cambios físicos que haría en ella) Yo creo que tu si podrías tener a alguien, eres bonita, pero te comportas muy rara. Si te esforzaras un poco…
Además, ¿para qué entrenas tanto? La competencia es algo muy lejano que quizá nunca podrás alcanzar. (Sigue examinándola) Y aunque lo lograras, no podrás dedicar toda tu vida a eso, ¿eso deja dinero?
Almendra: Pues… (se queda pensando algo que no había considerado)
Susy: (La interrumpe, en realidad no le importaba su respuesta) mi mamá dice que es bueno que empecemos a ocuparnos en cosas que, si tengan sentido como intentar tener un novio, eso nos entrena para el futuro, bueno, eso es lo que dice mi mamá. (Sale)
Almendra sigue caminando pensando en lo que dijo Susy. Llega al entrenamiento y ve el tupper que mamá empaquetó con una nota: No tuve tiempo de cocinar, pero esta barra promete tener más aportes nutrimentales que cualquier comida casera. Entrena duro y serás invencible, ¡Vuelve con nuestra medalla! Ella suspira, lo deja de lado y empieza el calentamiento.
En cada movimiento el monstruo hace contacto físico con Almendra, como estorbándole y haciéndole peso al desarrollo de su entrenamiento. Cuando eso sucede es una forma de representar lo estorbosos y molestos que pueden ser esos pensamientos que no te dejan estar mentalmente donde estás físicamente.
Monstruo: …
Almendra: (Irritada) ¿Qué?
Monstruo: …
Almendra: No, no puedo faltar al entrenamiento.
Monstruo: …
Almendra: ¿Podrías callarte? ¡Tengo que estar lista para la competencia!
Monstruo: …
Almendra: (Respira agitadamente). Deja de molestarme.
Monstruo: …
Almendra: (Se detiene en seco del calentamiento y empuja al monstruo confrontativamente) ¿Cómo que no tengo esperanzas? ¿En verdad crees que no podré lograrlo?
Monstruo: (Confundido) Emm… Ahhh… (Parece que se calma, pero vuelve a insistir).
Almendra: (Cada vez más enojada) ¿Qué no soy como la gente normal?
Monstruo: (Se burla de ella mediante movimientos ridículos) (Ella se acerca al monstruo a punto de golpearlo, él señala un punto para despistarla) ¡Oh! (Almendra voltea, el monstruo juega con su cuerpo manipulándola como un títere para marearla, enseguida sale corriendo, ella queda tendida en el piso, confundida se sacude y sale).
Continuara…