Generar energía con las condiciones de cada país
El país del sol naciente anunció recientemente sus compromisos para alcanzar la neutralidad del carbón (o huella del carbón cero) para el año 2050.
El ministro de energía, Hiroshi Kajiyama, declaró que, si se desea alcanzar la meta de cero emisiones de dióxido de carbono para la fecha propuesta, es indispensable el uso de la energía nuclear al interior del país.
Asimismo, el primer ministro, Yoshihide Suga, también refrendó la importancia de la soberanía energética como uno de los tres pilares para el desarrollo de la nación, junto con el medioambiente y la economía.
Japón, como país industrializado, es un gran consumidor de energía. No obstante, al interior de su territorio (sin recursos y materias primas propias) prevalecen las condiciones propicias para ser un gran importador de energías convencionales, lo cual contribuyó a la creación de una sólida infraestructura de plantas nucleares a lo largo de la isla, durante la mitad del siglo veinte.
Kajiyama mencionó la importancia de la energía nuclear para su país como motor de la economía, este gesto funciona también a manera de aviso al resto del planeta, a pesar de que Japón dio entrada en vigor de la política ambiental y energías renovables en 2011, tras lo sucedido en Fukushima. Además, la energía nuclear no se considera una fuente limpia, ratificado años después en el acuerdo de París, en 2015.
Por esta misma razón, Japón pretende dar un anuncio mundial durante la celebración de los juegos olímpicos para el verano de este año, luego del retraso provocado por la pandemia en 2020.

El plan es presentar la marca Sociedad de Hidrógeno, con la cual se podría encontrar la fórmula ideal del proceso gradual y descendente de las emisiones de CO2, para la mitad del siglo veintiuno, sin someter su sector energético a la intermitencia.
Esta ambiciosa metamorfosis tiene como meta direccionada la electro-movilidad del transporte, los sistemas de calefacción en grandes áreas urbanas, así como múltiples industrias de producción para la generación de tecnología con base en células de hidrógeno. Así, con ello, se pueden abarcar mercados paralelos, donde podrán sustituir la generación de energía con base en fuentes convencionales.
La combinación entre gas hidrógeno comprimido y oxígeno crea una explosión de gas detonante que libera gran cantidad de energía. Luego, una célula energética interviene con el control de la adición, generando, así, la electricidad en el motor de un auto. Finalmente, el residuo o desecho se convierte en agua que, al ser expuesto a la atmósfera, se transforma en humedad y vapor.
Este principio y ciclo es abundante, cumple o supera los estándares internacionales señalados sobre uso de las fuentes de energías renovables. El hidrógeno tiene alta capacidad de almacenamiento para exportarse a otras latitudes del mundo, creando un mercado paralelo a las energías solar y eólica, que presentan complicaciones transitorias, intermitencia e incapacidad de prolongar la carga de energía eléctrica generada.
El país nipón presentará cien autobuses, que funcionan con células energéticas, para trasladar a los atletas a la villa olímpica y a los complejos deportivos. Además, también mostrará treinta estaciones Full Cell Bus de recarga para las células de hidrógeno del transporte, las cuales, en tan solo diez minutos de recarga, genera la movilidad durante diez horas continuas.
Las habitaciones de la villa olímpica contarán con un sistema de calefacción con células energéticas.
Exportar energía eléctrica y capacidad de almacenar es una meta de mercado para Japón. Comenzaría una serie de exportaciones a países que no cuentan con las condiciones o recursos para generar energía. Marruecos, Egipto, Libia son las primeras naciones en mirar hacia el oriente en su búsqueda de importar hidrógeno y electricidad. Las células energéticas niponas dan mayores alcances y mejores beneficios.
No obstante, para producir las células energéticas de hidrógeno, se necesita mucha electricidad. Las energías renovables generan tan solo 15% de electricidad para industria y población. Esto significa que el 85% aún es generado por combustibles fósiles, ya que Japón comenzó un ciclo descendente operativo en sus centrales nucleares, aunque parece retomar un nuevo curso indispensable en el soporte nuclear y cumplir, de esta manera, sus compromisos con el medioambiente.
Para consulta:
Agencia Internacional de Energía