“Crear tecnología ya es bastante difícil. Ningún innovador construirá nuevas herramientas si sabe que puede ser responsabilizado personalmente por el posible abuso de esas herramientas”
¡Ah! ¡Occidente! El bastión de la libertad, la democracia y la contradicción.
Permítanme presentarles a nuestro protagonista: Pável Durov, un tipo que, en un mundo perfecto sería un héroe digital y un modelo a seguir para cualquiera que quiera luchar contra el poder establecido. Pero en el mundo real, resulta que ser un genio tecnológico con principios te convierte en un blanco para, bueno, casi todos.
Primer Acto: El villano ruso
Hace algunos años, nuestro protagonista estaba lidiando con la Federación Rusa. Imagina la escena: Durov, con su pelo perfectamente peinado y su mirada de acero, expresando -a los agentes de seguridad rusos- un rotundo No. ¿Entregar los datos de los usuarios de Telegram? ¡Por supuesto que no!
¿Qué tipo de superhéroe digital sería si se doblegara ante el poder? Así que, como cualquier buen revolucionario, se marchó. Francia le dio la bienvenida con los brazos abiertos, vitoreándolo como un campeón de la libertad.
Segundo: El refugio fránces
¡Qué elegancia la de Francia! la tierra de los croissants, el vino y la liberté.
Durov fue recibido como el nuevo ícono de la libertad de expresión, el héroe que desafiaba a los opresores del este. ¡París le brindó su encanto, las luces de la Torre Eiffel lo guiaron y todo era perfecto. Hasta que llego una realidad pos-pandémica, bélica y convulsa en el planeta.
Tercer acto: La jaula geopolítica
Y aquí estamos, en la gran ironía del siglo. Francia, la misma que alguna vez abrazó a Durov como símbolo de la libertad, lo detuvo el pasado 24 de agosto por razones muy similares a las que lo hicieron huir de Rusia. ¡Ah, las vueltas de la vida!
Cuatro días después, la fiscalía de París anuncio que el fundador de Telegram, Pável Durov, fue imputado y puesto bajo vigilancia judicial, con la condición de pagar una fianza de 5 millones de euros y la prohibición de salir de Francia. El jefe de Telegram podría enfrentar hasta 10 años de cárcel. Fue puesto en libertad bajo supervisión judicial y se le ordenó presentarse dos veces por semana en la comisaría de Policía.
Muchas coincidencias forman un patrón
El artículo de David Sacks “Lucha Global contra el Autoritarismo”, es un texto formidable que analiza el comportamiento de la política occidental.
En su parecer, Sacks señala la hipocresía de las naciones occidentales durante momentos transcendentales de la historia, siendo los últimos años, uno de los periodos más dinámicos en el aspecto Geopolítico:
- “John McFee es hallado muerto [2019]en su celda mientras un edificio en Surfside, al norte de Miami, se desploma dejando un sin número de personas fallecidas. Tan solo 3 días después, ordenan la demolición total del complejo. Se presume de una prueba encriptada al interior de su departamento, clave para viralizar información sensible de seguridad nacional ”.
- “En el Reino Unido, el gobierno de Keir Starmer encarcela a los críticos de Fronteras Abiertas con más represión que el que resto de los delitos violentos”.
- “Gonzalo Lira muere en una prisión de Ucrania en enero del 2024. Fue detenido por publicar videos en YouTube; el ciudadano estadounidense fue ignorado por departamento de estado de su país sin defender ni apoyar sus derechos”
- “El gobierno de Brasil prohibe a la red social X -antes Twitter- por no acatar normas de regulación establecidas por el Suprema Corte. Una postura similar se prepara en la Unión Europa quién buscaría acciones penales contra Elon Musk”
- “Mark Zuckerberg confirmó que la administración Biden-Harris presionó repetidamente a Meta para que censurar a las voces críticas durante la pandemia”.
- “TikTok cerrará en Estados Unidos el 19 de enero de 2025 gracias a un nuevo poder autorizado por el Congreso para prohibir sitios web y aplicaciones que el presidente determine que están sujetos a la influencia de un adversario extranjero“.
Estos y otros ejemplos, como son los casos de Assange, Snowden y ahora Durov, han sido perseguidos por exponer verdades incómodas o por facilitar la comunicación sin supervisión gubernamental.
Desde una perspectiva geopolítica, la detención de Durov puede ser vista como una señal de que ningún rincón del mundo digital está realmente fuera del alcance de las presiones estatales, sin importar cuán descentralizada o encriptada sea la tecnología.
Por ahora podemos escribir, pero ante los escenarios futuros de incertidumbre global, la libertad de expresión y las medios que usamos para la expresión, podrían desaparecer.