Una cuádruple crisis azota el planeta
Lo más positivo de la crisis generada por la covid-19 a nivel planetario fue dejar al desnudo las ficciones y mentiras de las naciones del primer mundo, pues jamás el multilateralismo jugará limpio en tiempos de crisis.
Hoy enfrentamos una cuádruple crisis a nivel global: de salud, social, ambiental y financiera. La camaradería aguardará muchos años, porque ahora solo hay un festival de egos hegemónicos llevado a cabo por las potencias a escala global y una lucha por el liderazgo.
Grandes corporaciones ya comenzaron un desbalance de las cadenas de suministro: acaparamiento de las vacunas, crisis de los semiconductores, desabasto de energías convencionales, sanciones, lucha por sectores estratégicos regionales, apagones eléctricos masivos, bloqueos comerciales. Además, la escasez será el nuevo modelo derivado de la crisis ambiental y alimentaria. La financiarización de los bienes escasos y una nueva lucha futura por el agua son, entre otras tantas problemáticas, los síntomas de una nueva fase a la que nos enfrentaremos, y la cual, como país, deberemos sortear.
Tal escenario internacional indica lo vital, para muchas naciones, de la no dependencia total o parcial de los sectores clave para el desarrollo interior de un país.
Por ello, México, sus gobiernos, universidades y sociedad civil necesitan replantearse desde ahora un enfoque filosófico respecto a la creación de su propia tecnología y de sus sectores clave para el desarrollo. De esa manera, no condenar el futuro de las próximas generaciones a un escenario de rezago, pues la brecha entre los países desarrollados en tecnología y los que aún no comienzan se radicalizará mucho más.
En síntesis, se puede identificar que cierto nivel de paz global y prosperidad interna de cada país durante este largo periodo sucedió por las reglas de un mercado comercial internacional y de las innovaciones tecnológicas. Si bien no fue justa entre las jerarquías de los países, no arrastró al planeta a un conflicto mundial.
Ahora hemos dejado atrás aquella fase naciente al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo, destruido y agotado por la mayor confrontación de la historia, cambió la percepción del desarrollo y entendió que en la producción y consumo masivo estaban las claves para la construcción de las clases medias. Estas fueron las únicas capaces de conseguir prosperidad individual y relativa paz mundial.
Otras fuentes:
https://www.dw.com/es/siemens-y-la-protecci%C3%B3n-clim%C3%A1tica/a-52271076