Con el claro objetivo de posicionar a la nación azteca como el primer país latinoamericano en explorar la superficie lunar, nace el proyecto Colmena, una iniciativa del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en contribución con la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y el CONAHCYT.
Se pretende enviar 5 unidades robóticas (minirobots) al satélite natural para la exploración de datos y experimentación guiada, todo ello para enriquecer el conocimiento científico y colocar a México dentro de una selecta lista de países en el ámbito de la exploración lunar.
La nave Peregrine, de la empresa norteamericana Astrobotic, será la encargada de trasladar las unidades hasta los 384,400 kilómetros de distancia que nos separan de nuestro satélite natural. También transportará otros proyectos científicos de diferentes países.
La primera misión mexicana tiene como objetivo utilizar cinco pequeños robots que se desplazarán de manera autónoma por el suelo lunar hasta encontrarse y agruparse, llegando a formar una estructura con un aspecto similar a un enjambre.
Una vez que aterricen en la Luna, los microrobots llevarán a cabo diversas tareas, como la toma de muestras del regolito lunar para analizar su potencial como recurso para la producción de oxígeno y metales. Además, estos robots exploradores podrán medir la dinámica del regolito, como la temperatura y la sedimentación, y coordinarse automáticamente para ensamblar estructuras en la superficie lunar, como paneles solares para generar energía eléctrica.
El liderazgo de la UNAM
El Proyecto Colmena es liderado por el científico Gustavo Medina Tanco, doctor en Física y creador del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. Medina Tanco ha sido fundamental en el desarrollo de la tecnología necesaria para llevar a cabo esta misión histórica. Además, cuenta con un amplio equipo de jóvenes investigadores de diferentes áreas del conocimiento de la UNAM, quienes han contribuido con su talento y dedicación a hacer realidad este proyecto.
La UNAM, reconocida como una de las instituciones educativas más prestigiosas de México, ha demostrado una vez más su capacidad para liderar proyectos de gran envergadura. El Proyecto Colmena es un claro ejemplo del compromiso de la UNAM con la ciencia y la innovación, y su participación en esta expedición a la Luna representa un logro sin precedentes para la comunidad científica mexicana.
Apoyo del Gobierno Mexicano
El Proyecto Colmena no sería posible sin el apoyo y la colaboración de diversas instituciones del gobierno mexicano. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha brindado su respaldo a este proyecto científico de gran relevancia para México, incluyéndolo en las políticas públicas del país. Además, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) ha desempeñado un papel fundamental en la coordinación y financiamiento de la expedición a la Luna.
Asimismo, el gobierno del estado de Hidalgo ha impulsado la innovación y la investigación científica en México, reconociendo la importancia de participar en el sector espacial mundial. Esta colaboración entre la academia y el gobierno ha sentado las bases para que México se posicione como un actor relevante en la exploración espacial.
El Proyecto Colmena no solo tiene como objetivo explorar la Luna, sino también sentar las bases para futuras misiones espaciales mexicanas. Esta expedición es la primera etapa de una serie de proyectos con los que México contribuirá al programa Artemisa, liderado por la NASA, cuyo objetivo es llevar personas a la Luna para el año 2024. La participación de México en este programa internacional demuestra el creciente reconocimiento de la comunidad científica mundial hacia la capacidad de México para contribuir al avance de la exploración espacial.
Además, el Proyecto Colmena representa una oportunidad única para inspirar a las generaciones futuras. Al ser testigos de esta expedición histórica, los niños y jóvenes mexicanos podrán soñar con convertirse en astronautas o líderes de futuras misiones espaciales. Este proyecto no solo es un logro científico y tecnológico, sino también un catalizador para el desarrollo de la ciencia y la innovación en México.
En el futuro, se espera que México continúe contribuyendo al avance de la ciencia y la exploración espacial, desarrollando tecnología propia y estableciendo alianzas estratégicas con otras naciones.
Este proyecto es un ejemplo claro del potencial científico y tecnológico de México. La expedición, sentará las bases para futuras misiones espaciales mexicanas y posicionará a México como un actor relevante en la exploración espacial.
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