La tiranía de la meritocracia: defectos estructurales vs esfuerzos individuales

El concepto meritocrático es romántico e inspirador

El proyecto anglosajón nunca escatima en recursos para dar promoción, imagen, publicidad y amplitud popular a todos sus más destacados personajes, sean éstos del mundo de la política, las artes, el cine o deporte.

Es el caso de Elon Musk puede decirse qué, aunque cumple la regla para la promoción, es detonada por la variante de ser un innovador tecnológico con gancho y pegada, esa posición a la que Jobs dejo vacante.

Además, una característica muy propia de Elon Musk es, nunca abandonar una entrevista sin antes lanzar flechas certeras y una perspectiva distinta a la opinión común.

En una entrevista en el canal de YouTube Munro Live, el empresario tecnológico afirmó que los graduados en MBA podrían ser buenos en presentaciones de Power Point, pero en realidad, no saben cómo funcionan las cosas.

El director ejecutivo de Tesla y de SpaceX, dijo no creer que un MBA (Máster en Administración de Empresas) proporcione la experiencia real que se requiere para liderar con éxito una firma y crear un buen producto.

Aunque después, continuó comentando que no tiene nada en contra del mundo académico ni de los graduados de un MBA. Así, recordó que él mismo tiene una doble especialización: licenciatura en física en la Universidad de Pensilvania y economía en la famosa Escuela de Negocios Wharton de la misma Universidad. Sin embargo, aseguró que un MBA no califica automáticamente al titular para ser un gerente o un líder eficaz. 

Meme sobre Reportera haciendo preguntas y afirmaciones en tono de burla, en la conferencia véspertina del Dr. Hugo López Gatell

Según Musk, la ruta hacia el liderazgo debería ser una especie de “camino hacia arriba”, haciendo “cosas útiles”, y no a través de una MBA, cuyos estudiantes muchas veces “se lanzan en paracaídas” a la posición del líder, sin saber “cómo funcionan las cosas”.  

“Simplemente, no son conscientes de lo que realmente se necesita para hacer productos excelentes” finalizo.

Defectos estructurales vs Esfuerzos individuales

Si te sentiste identificado con la crítica de Musk, relacionado con aquellas pláticas que has presenciado con tus compañeros de trabajo, universidad o amigos, quizá no hayas enloquecido del todo con respeto al análisis personal que tengas sobre el escenario económico mundial. Con esas palabras todos hemos sentido una ligera sensación de bofetada con guante blanco.

Actualmente, las sociedades occidentales comparten dos defectos estructurales: la desigualdad económica y una creciente polarización política.

El profesor de filosofía política en la Universidad de Harvard Michael Sandel, ya lo ha planteado en su reciente libro “La Tiranía del mérito” ¿Qué ha sido del bien común?; En él, se describe la brecha creciente de la desigualdad y aborda los eventos de manera cronológica en las últimas cuatro décadas de globalización.

Michael Sandel en TED

La tesis principal nos habla de la propagación del populismo de derecha e izquierda, a nivel planetario. Un escenario marcado entre ganadores y perdedores. No solo es la desigualdad económica, sino también, la actitud adoptada por las sociedades en una frenética competencia hacia éxito, entre ganar o perder, acompañada de grandes desigualdades y la falta de reconocimiento.

El esfuerzo per se no es garantía de un futuro próspero

En opinión de Sandel, tras la implementación de las políticas económicas de mercado de Reagan y Thatcher; el estancamiento salarial, la subcontratación laboral y la desigualdad, ya eran notables a principios y mediados de los años noventa. Fue en ese entonces que aparecieron en escena los presidentes Bill Clinton, Tony Blair y Gerhard Schröder, a los que el filósofo político define como presidentes de centro-izquierda.

A pesar de una fuerte campaña de imagen, estas administraciones tampoco fueron capaces de desafiar la modalidad del capitalismo sin restricciones. Solo suavizaron los aspectos duros, moderaron aspectos en una red de seguridad a cierto grado y aceptaron la idea de Globalización, comenzando una etapa antes no vista, la desregularización de la industria financiera junto con un proyecto bipartidista en el año 1998.

Fue para entonces que los grandes bancos y consorcios financieros comenzaron el acenso de la brecha económica planetaria, alcanzando una deuda hasta antes de la pandemia, de 255 billones de dólares, superando en un 322% el producto interno bruto anual del mundo.

La aceptación acrítica de la política económica de mercado, significo una fe ciega y apuesta total a los instrumentos primordiales del mercado. Se definió así alcanzar el bien común para todo el planeta bajo esta bandera.

¿La implementación? La manera de pensar acerca del éxito implica cierto nivel meritocrático, así entonces que la idea meritocrática fue ofrecida a todas las nuevas generaciones, en conjunto con la promesa de crecimiento personal, bajo la realización y obtención de un título universitario y grados posteriores.

Fuente: La tiranía de la Meritocrácia

Esto fue lo ofrecido como respuesta a la desigualdad generada por la globalización. Una medida insuficiente, estrecha e inservible a largo plazo. En parte, porque la movilidad personal y la movilidad social no es fácil y permanece estancada.

El insulto implícito en la propuesta

Sandel también hace mención, de los efectos negativos sobre la población que no ha alcanzado los beneficios de la economía de mercado en el actual sistema global. La juventud y la generación millennial, de muchas latitudes del orbe, experimentan hoy una ansiedad social de múltiples contrastes.

Por un lado, el esfuerzo per se no es garantía de un futuro próspero. La falta de oportunidades, puestos de trabajo, ingresos justos, expectativas económicas y calidad de vida, muchas veces son asumidas como retos individuales, sin embargo, los márgenes del sistema existen y son descritos como los recovecos de las políticas públicas o trastornos de la económica globalizada.

Los esfuerzos individuales son ahora relativamente compensados en el escenario del mercado laboral con respecto al grueso de la población. Tal circunstancia contribuye a una jerarquización con aquellos que fueron descartados, independientemente de la energía y dedicación propia.

Este grupo de personas generalmente se asume partícipe de la revolución del conocimiento y descarta a quienes no pudieron obtener un puesto similar. Sea ésta o no la razón, entre muchas otras, hace merecedores de reconocimiento a un grupo y descarta al otro, lo que extrapola hacia un rencor social y un preludio a la polarización. Elementos que distinguen a gran parte de la población en nuestra actualidad.

De tal modo que, cuando toda una generación afronta un escenario de descarte, el efecto psicológico de aquellas personas que no han encajado con el modelo descrito, parcial o totalmente, independientemente de su esfuerzo, se puede observar un deterioro de la personalidad individual y la combinación perfecta para el inicio de un periodo de desorden social.

Los juicios de valor y descrédito propio, que una persona hace sobre sí misma, también ya han sido abordados especialmente con la incorporación de la teoría de atribución al modelo, de Martin Seligman. Esta teoría conocida también como “Indefensión Aprendida” , si bien en un principio sirvió para explicar el comportamiento animal, posteriormente se ha mostrado con gran capacidad explicativa para un número importante de fenómenos humanos.  

Seligman planteó el efecto a factores de personalidad, como el locus de control, que explica diferentes síntomas de indefensión entre diferentes personas ante una misma situación vital. Así, por ejemplo, un estilo explicativo en el que los fracasos se atribuyen a factores internos estables, mientras que los éxitos se atribuyen a factores externos situacionales.

La profesora de psicología de desarrollo realizo un ejercicio experimental a sus alumnos:

Y aún en el horizonte hay más retos para el futuro. En enero del 2016 se planteó por primera vez, la eliminación de millones de puestos de trabajo para los próximos años. El cambio drástico que la industria 4.0 trae al mundo, recién comienza.

Las palabras de Elon Musk quizá son más profundas de lo que se cree y asoman en buscar respuestas en la creatividad, en los proyectos colectivos, observar los ángulos adecuados y despejar las antenas para hacer más cosas en el ámbito local. Quizá así podría reconstruirse la economía desde el interior.  

Para consulta:

Elon Musk Interview with Sandy Munro

https://a.co/8Pi6rCP

Ismael Guzmán
Fundador y Director de Pulse Coder. Escribe sobre digitalización, ciencia e innovación tecnológica.

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