El pasado 22 de abril celebramos un año más del día de la tierra. La fecha, además, fue conmemorada por el panel intergubernamental de científicos del clima, quiénes publicaron su último y más actual reporte sobre la situación climática del planeta. Nada que podamos festejar, solo cuatro días después, la humanidad alcanzo el registro más alto de CO2 de todos los tiempos.
El IPCC deja en claro que a partir de ahora, nuestra mejor oportunidad para enfriar el planeta es apostar por las energías renovables. El documento incluye solución tecnológica que pueda extraer y canalizar todo el CO2 posible de nuestras fuentes de contaminación.
Las nuevas tecnologías tendrían que pasar por estándares de un marco climático que no siempre será sencillo implementar, e incluso, carecen de apego a la realidad desde muchos ángulos, pues los escenarios son multifactoriales dependiendo de cada región del planeta.
Es posible que succionar la contaminación de CO2 ya no sea materia de ciencia ficción para la Geo-ingeniería, sin embargo, las características de países ejes; con capacidad de inversión, investigación y desarrollo, cargarían contra los países en vías de desarrollo, generando nuevamente un modelo ventajista, sesgado y de nula transferencia de tecnología.
El reporte también incluye el acuerdo CDR (Carbon Dioxide Removal) como elemento indispensable para alcanzar gradualmente el objetivo Net Zero Climate. Pero ¿de qué trata y quiénes integrar en acuerdo CDR?
No se ha impedido que las principales firmas de capital de riesgo, el departamento de energía de EEUU, las big tech y al menos, una docena de empresarios de los sectores de dudoso compromiso con el clima, inviertan mucho dinero y tiempo en un plan maestro que los incluye a todos.
El capítulo elaborado por el IPCC respecto al CDR, muestra qué, para cumplir con el objetivo del acuerdo de París y limitar el calentamiento a 2 grados celsius, el mundo deberá eliminar colectivamente hasta 17 mil millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera para el año 2050.
El ambicioso plan contempla la puesta en marcha de tecnologías de extracción de C02 contenido en la atmósfera e incrementar gradualmente la recolección la cuál rondaría los 35 mil millones de toneladas para el año 2100. Se habla de pasar de una captura directa, que hoy en día es de un orden de 5 dígitos -10 mil toneladas de CO2 por año- a los 10 dígitos: captura de miles de millones por año.
A pesar de que aún no existe una industria consolidada, la tendencia ahora comienza a gestarse. Eso lograría asociaciones masivas a nivel planetario. En otras palabras, el CDR busca lograr un complejo industrial masivo en el futuro.
Llegar a esa escala requerirá por parte de los estados mundiales, mucha inversión en investigación y desarrollo, así como la construcción de un mercado real. Por otra parte, el dinero privado por sí solo no convertirá a la industria en la potencia que necesita ser. Las empresas de CDR, buscarán utilidades a un precio razonable de $100 dólares por tonelada extraída.
Los gobiernos se convertirían en los clientes y podrían decidir que servicios quieren contratar: acuerdos con empresas que almacenen carbono durante un siglo a un precio de $100 dólares por tonelada, además de múltiples innovaciones tecnológicas capaces de capturar emisiones para cubrirla huella de carbono actual e histórica.
Atados a modelos que no carecen de lucro y especulación, el plan climático no podría acercase mínimamente a los objetivos trazados, sin antes pasar por la reducción de costos en todas aquellas tecnologías dirigidas a generar energía.
Un ejemplo de ello es el proyecto SunShot, programa creado por el departamento de energía de los Estados Unidos, cuyo modelo ayudo a reducir los costos de generación de energía solar durante una década. Una formula clave donde el estado es garante de regulación y certeza del mercado.
El IPCC ha sido claro durante muchos años y lanza un contundente mensaje a todos los ciudadanos y naciones del mundo. Nos incita a creer lo necesario de las empresas CDR en el futuro muy próximo: “CDR no puede servir como un sustituto de las reducciones profundas de emisiones, pero puede cumplir múltiples roles complementarios”. Quizá por ahora, la mejor manera de asegurarse de que no haya demasiado dióxido de carbono en la atmósfera, es dejar de ponerlo allí en primer lugar, con fuertes campañas de mitigación agresiva.
El capítulo contiene una larga lista de preocupaciones que van desde el hecho de algunas técnicas de CDR, podrían desplazar a miles de personas de la tierra en la que viven o trabajan, hasta el hecho de que algunas podrían estar obligados a vivir en constante migración. La lista es muy amplia (página39, capítulo 12).
Finalmente, apostar por una fórmula financiera, social y ecológica por parte del complejo CDR Internacional, podría ser algo increíblemente arriesgado.
Para consulta:
IPCC — Intergovernmental Panel on Climate Change
Global CO2 emissions rebounded to their highest level in history in 2021 – News – IEA
As climate change worsens, some people might decide to DIY a solution – Vox
Guest post: How ‘enhanced weathering’ could slow climate change and boost crop yields – Carbon Brief