La revista Hit Parade lo situó en el cuarto puesto de las mejores voces de la historia del heavy metal y hard rock. Se clasificó también en el top diez de mejores cantantes de la historia según una encuesta realizada por Rolling Stone. Finalmente, Planet Rock, lo consideró en la posición 22, de las 40 mejores voces de todos los tiempos.
Hoy conmemoramos 5 años de la muerte de Chris Cornell, el grandioso cantante quién forjó un camino en el movimiento grunge y el mundo del rock.
La caída de los grandes
Para el mundo de la música no existe un año más despiadado que el 2016. El gremio perdió a 85 músicos reconocidos y de fama internacional. Comenzó el 10 de enero, la leyenda de música David Bowie, fallecía a los 69 años. La reacción de tristeza, lamentos, y reconocimientos, fue lo más mencionado en los medios y las redes sociales. Él sería el primero de una larga lista de cantantes, ejecutantes y compositores reconocidos, quienes dejaron este mundo con la sensación de un cambio de tono a menor.
Los nombres no dejaban de sorprendernos. Otro ícono de la música, Prince, moría a los 57 años. Después, nos enteramos de la marcha de George Martín, Leonard Cohen, George Michael, entre muchos otros.
Al llegar el 2017, la racha continuo siendo hostil. El número de fallecimientos tampoco estuvo muy lejano del récord anterior. La noche del 17 mayo, la muerte reclamo a una de las mejores voces del mundo del rock.
La aventura de Audioslave por la Habana
Los discursos estaban focalizados en Afganistán y la guerra contra el terrorismo. El bloqueo comercial y cultural de Estados Unidos sobre Cuba, parecía abrir un claro de luz que despejaba al futuro. Por unos instantes, nuevos horizontes hacían ver a las sanciones económicas como algo no duradero. Fue real, ocurrió en 2005.
Por otro lado, en la cruda longevidad y desbordado en conciencia, Fidel Castro no opuso resistencia a la celebración de un concierto utópico, como gesto de buena voluntad. Fue así que la banda estadounidense de rock Audioslave, provenientes de California, liderada por Chris Cornell y Tom Morello, presentaron un concierto de forma gratuita para cientos de espectadores en la Habana, algo inédito que pasaría a la posteridad. “Like a Stone” fue la vocación y carácter de la isla.

Doce años después de la aventura en Cuba y en pleno retorno con Soundgarden, Chris Cornell fallecía la noche del 17 de mayo después de un concierto en Detroit.
Para el día siguiente, el manager de Cornell, Brian Bumbery, daba a conocer en The Associated Press, el fallecimiento del cantante cuando éste fue hallado muerto en el baño de la habitación del hotel donde se hospedaba, luego de lo que significaría su última presentación.
Los medios anunciaron el lamentable suceso. Lo repentino de su muerte, fue un escalofrío para el mundo del rock, pues Chris Cornell era considerado como una de las mejores voces que dado la industria y un hijo de Seattle.
En es por ello que los encargados de la comunicación del movimiento grunge, hablan de la maldición de los hijos de Seattle: las trágicas muertes de sus más destacados celebridades de la música: Jimmy Hendrix y Kurt Cobain pertenecen al club de los 27, por la edad que alcanzaron en vida (junto con Janis Joplin y Jim Morrison); Layne Staley de Alice in Chains de 34 años y Chris Cornell los 52 años de edad, todos ellos oriundos de esta ciudad y que fallecieron en circunstancias trágicas.
El reporte policiaco apunto al suicidio como la causa de muerte, lo que el parte médico post mortem, confirmaría con las horas.
La afición por Cornell no se limita solo a la atracción de su privilegiado tono y potencia vocal. A lo largo de su carrera, se puede detectar el voltaje y las emociones más conexas en su periodo como vocalista en Temple of the Dog. Luego, un paso de esplendor con la energética banda Soundgarden, hasta llegar a la maduración musical en Audioslave.
Las facetas edificadas del artista son muy claras a lo largo de su propuesta musical. Mensajes enviados al espacio auditivo para ser cosechados y comprender, que el cantante de Seattle, como muchos otros de su generación, expresaban las inquietantes revoluciones de sus infancias complicadas. La música fue un catalizador que los condujo a un desarrollo y crecimiento personal, sin perder de vista que, los conflictos emocionales, consumo de drogas, depresión y problemas existenciales, podrían continuar en la fase adulta.
No obstante, una agenda llena de retos, proyectos y logros, dieron sustancia a su carrera. La música fue su forma de vida donde forjó su propio camino.