La situación actual está forzando la integración y adopción de plataformas digitales en diversos ámbitos y sectores tradicionales anteriormente ajenos a estas.
Integración digital acelerada
Cuando descubres una herramienta que te facilita la vida es muy difícil abandonarla., Los sectores de la población poco asiduos a utilizar facilidades digitales por los conflictos para acceder a ellas, ya sea por brechas generacionales, tecnológicas o económicas, tarde o temprano se incorporarán al grueso de la comunidad usuaria y una vez dentro ya no les será conveniente regresar a la dinámica anterior. La pandemia y el consecuente confinamiento sin duda fueron eventos fuera de todo parámetro y, en relación con el tema que aquí se aborda, obligó a diversos sectores tradicionalistas a integrar al esquema digital sus servicios y actividades, parcial o totalmente. La situación actual, entonces, acelera o incluso fuerza la integración y adopción de plataformas digitales en diversos ámbitos: quienes no utilizaban la banca digital o el sistema de pagos electrónicos ahora se ven apremiados a aprender a manejarlos, los servicios de delivery incrementan su demanda, el sector del e-commerce reporta números a la alza, tanto en la apertura de nuevas tiendas como en alta demanda de las ya existentes, y los sitios institucionales procuran facilitar más trámites para realizarse en línea. Si bien el confinamiento es el factor que apresuró esta alta demanda, una vez se controle el riesgo epidemiológico y se retorne a la normalidad, es poco probable que disminuya a los niveles anteriores el apego a este tipo de comodidades, pues al final, repercuten en ahorro de tiempo y en eficiencia para quienes las utilizan. ¿Quién preferirá regresar a las largas filas del banco, de los trámites, de las cajas del supermercado, a los embotellamientos rumbo al trabajo, solo por mencionar algunos casos?
De la mano con todo esto viene el constante avance tecnológico mediante el cual los dispositivos asistenciales con acceso a la red son cada vez más asequibles y comunes. No nos referimos solo a terminales típicas como una PC o un smartphone, un sector de importancia es el IoT (internet de las cosas) el cual engloba a todos los dispositivos inteligentes que requieren de una conexión a internet para llevar a cabo su función: asistentes de voz como Alexa, refrigeradores inteligentes, cámaras IP y una variedad de dispositivos catalogados como smarthome son algunos ejemplos de comodidades que el mercado ofrece y que por la propia naturaleza del sector tecnológico tienden a ser más accesibles.
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Homeworking y clases en línea, esquemas que llegaron para quedarse
Desde antes de la cuarentena, se estudiaba el tema de la modalidad de trabajar desde casa, grandes corporaciones ya barajaban la posible implementación de este esquema y la cuarentena aceleró una “prueba piloto” masiva, cuyos resultados aún se evalúan., Por su parte, las actuales clases en modo virtual servirán como experiencia para establecer en el futuro una plataforma alternativa permanente de la educación pública, a la cual podrán recurrir los sectores a los que les resulte más conveniente. Incluso para futuras contingencias, el contar con estas plataformas aseguraría ciclos escolares ininterrumpidos. El factor determinante para el éxito de estos dos esquemas será la fiabilidad y total cobertura del servicio de internet. Pues aún existen zonas donde el internet es de muy difícil acceso.
La agenda actual del gobierno
México se encamina a ser una sociedad con un gobierno digital, según el ranking de la ONU: Índice de gobierno digital (EGDI por sus siglas en inglés) que evalúa principalmente el acceso, calidad y oferta digital a los servicios de un gobierno, así como la participación ciudadana, entre otros factores. Actualmente el país ocupa el puesto 61 a nivel global y el 8 en América, cuando en el 2018 este estudio nos posicionaba en el puesto 64 y 9, respectivamente, lo cual nos da una perspectiva del ritmo al que las instituciones están migrando hacia el servicio online. Si bien los resultados del estudio han fluctuado conforme a los años anteriores, el posicionamiento refleja la tendencia hacia un futuro cercano donde los portales digitales serán la principal vía para realizar trámites y acceder a los servicios institucionales.
Queda mucho camino por recorrer, pues aún existe un porcentaje considerable del país con gran o total dificultad en el acceso a la red. El gobierno federal, desde el inicio del sexenio (2018- 2024), impulsa dos programas importantes que competen a este análisis: el Programa de Cobertura Social, cuyo “objetivo primordial es establecer las bases para promover el incremento en la cobertura de las redes y la penetración de los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión, incluyendo banda ancha e internet, bajo condiciones de disponibilidad, asequibilidad y accesibilidad en las zonas de atención prioritaria de cobertura social.” Y la bancarización a través del Banco del Bienestar, con su correspondiente plataforma digital igualmente en atención a dichas zonas. Estos dos proyectos son de inclusión social y pretenden ampliar la cobertura de la red nacional. Las comunidades que se integren a la red adoptarán rápidamente servicios digitales, tanto privados como institucionales, pues repercutirán en mejoras de su calidad de vida e, igualmente, dependerán de que se les garantice un internet estable como en las grandes urbes.
Para concluir:
El mundo está en constante evolución y avanza rápido., Conviene entender que internet ya no es de uso eventual para copiar la tarea, ver videos, memes, mandar mails o chatear, es, hoy por hoy, uno de los pilares de la sociedad moderna por todos los rubros que de él dependen. Garantizar su seguridad, confiabilidad, así como su accesibilidad y óptimo funcionamiento es cada vez más un asunto de primer orden. En materia legislativa, el Estado tiene que trabajar en abrir, crear, reforzar y mantener los incentivos y mecanismos para lograr estas características en el servicio e infraestructura. A la iniciativa privada corresponde cumplir con los requerimientos y exigencias del Estado y la sociedad, para garantizar el mejor servicio a la altura de las necesidades actuales de la población. A nosotros como usuarios y sociedad nos compete dimensionar la importancia del internet digno como un derecho, madurar como individuos activos dentro de una sociedad de información y seguir en este proceso de sincretismo digital en nuestras vidas cotidianas.
Fuentes:
