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La conjunción de la frase es voltaje y una propuesta profunda, elaborada desde una ingente neuronal eléctrica: “En la 4T, no se ve la T de tecnología”, cita uno de los personajes más admirados, único e infalible en nuestro país, el Dr. Alfredo Jalife Rahme.
México del futuro: ¿Nación maquiladora o integradores de tecnología?
La interrupción eminente de los puestos de trabajo y el modelo productivo con base en la mano de obra humana se verán afectados por Industria 4.0 en la actual década. A pesar de ello, existe la expectativa de la creación de 133 millones de nuevos empleos, a partir del 2025, para la economía digital.

El empleo del futuro reconfigura las necesidades laborales, ello significa el estímulo de nuevas maneras de aprendizaje, sobre todo, asumir una nueva complejidad formativa en la educación dirigida a la digitalización.
Ciencias, tecnología y matemáticas son pilares esenciales de la enseñanza básica. No obstante, el requerimiento de factores productivos digitales ha creado una etapa naciente, la articulación entre el área donde se fusionen, creando una dualidad, los límites del conocimiento profesional y las habilidades humanas de soporte.

Para el acontecer de la articulación es importante el elemento humano, la materia prima que da empuje y fuerza económica a una nación. Por ello, unos de los planteamientos iniciales del Dr. Jalife, es identificar la mayoría de la población del país, es decir, jóvenes de 30 años o menores, quiénes componen el grueso de la población.

El lastre de las administraciones pasadas ha impactado de lleno a la generación millennial. El amortiguamiento se traduce en inestabilidad política y social, rezago económico y un entorno anoréxico de oportunidades. Todo ello sucedió en paralelo al desarrollo de su pubertad o adultez temprana.
Tales antecedentes repercuten en indicadores que descubren una generación no inspirada por los acontecimientos actuales, jóvenes estafados y defraudados con respecto a las expectativas de vida.
La mayoría de ellos se plantean un futuro diferente del actual. Sus visiones surgen cuando la situación contemporánea presenta complejos desafíos para la subsistencia. Tal perspectiva podría generar un problema, o bien, resultar un potente motor. La juventud de la mayoría de los habitantes de México representa una ventaja en comparación con otros países, pues hay mayores oportunidades de virar la energía hacia un cambio socioeconómico.

Como segunda tarea, toca inspirar a una joven nación con una política filosófica apegada a la realidad actual. Un gobierno, nación o estado, que apueste por el recurso y talento humanos disponibles en su población más abundante.

Como tercer paso, asumir la personalidad de una nación con un nuevo enfoque con miras a integrar la innovación y tecnología propias, la adaptación de las tecnologías digitales en áreas esenciales para el desarrollo del país: mercados internos, cadenas de suministro, procesos productivos, conservación del medio ambiente, campo y soberanía alimentaria, sector energético, áreas de la salud, etc.